A la memoria de mis padres.
Yo conservo guardadas, en tallada vitrina,
como dos relicarios dos viejas calaveras.
Las dos tienen reflejos de marfiles y ceras
y a las dos reverencio como cosa divina.
En el altar austero, donde mi afán se inclina,
-mi mesa de trabajo, fontana de quimeras,-
las beso cada noche, con unciones postreras
pensando en el mañana que la aurora avecina.
Aunque las dos me miran con sus cuencas vacías,
las dos me hablan de amores, de ternuras, de besos…
¡Norte en mis vendavales,…bálsamo de mis días
fueron las dos!. La feble, la de mi santa madre.
Y la otra más compacta, también de ebúrneos huesos
hecha para la lucha,… esa es la de mi padre.
2-Noviembre. (Fieles difuntos).
INTRODUCCIÓN
Al publicar los poemas de mi padre, he querido iniciarlo con uno de los que, a mí, me gusta singularmente.Una vida dedicada a su profesión: el tratamiento de las enfermedades del cuerpo y las del alma, así como una especial sensibilidad por la poesía, nos han legado una importante muestra de pinceladas cargadas de color, preñadas de sentimientos que me gustaría ir compartiendo desde aquí con quien así le agrade.Vaya por delante esta muestra en la que, recursos expresivos, esfuerzo y técnica, se han aunado en éste soneto para convertirlo, más que en un poema, en una oración, una plegaria al Gran Poder, al que le unía un gran fervor.
PERDÓN (Poesía mística)
Perdóname, Señor, ya estoy contigo;
y si contigo estoy, ya estoy salvado.
Por siempre unido a Tí, a Tí abrazado,
espero sin temores tu castigo.
El dolor de mi angustia yo mitigo
postrándome a tus pies desconsolado;
pues si lloro ante Tí, crucificado,
ya sabré perdonar a mi enemigo.
Que vuelva a mí la calma codiciada
llenando de amor tuyo mi sendero,
con la divina luz de tu mirada.
Si te quiero, Señor, como te quiero
¡qué me importan las sombras de la nada
si muriendo contigo yo no muero!.
NOTA
Esta poesía la encontrareis abajo
no he querido borrarla por los
comentarios que contiene,el motivo
de ponerla aqui es porque al ser la
primera no desaparecerá de la cabecera.
martes, 27 de octubre de 2009
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No hay forma de editar el poema como lo tiene escrito; el blog no me deja.
ResponderEliminarSin ser endecasílabo, las estrofas las lleva como en el soneto:
Cuatro.
Cuatro.
Tres.
Tres.
El blog cambia el final.
Lo siento, trato de ser fiel a su escrito pero...